Cultivos leñosos. Paso a paso para diversificar nuestra explotación

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Cultivos leñosos. Paso a paso para diversificar nuestra explotación

Ignasi Iglesias, director técnico y de Desarrollo de Agromillora, desgrana los pasos que debemos para introducir cultivos como el almendro o el pistacho

Un agricultor que esté interesado en introducir los cultivos leñosos en su explotación debe dar los pasos adecuados para que la decisión sea lo más correcta posible, siempre pensando en términos de rentabilidad, dado que se trata de inversiones importantes y a largo plazo.

Los cultivos leñosos pueden constituir una alternativa interesante a los extensivos en amplias zonas de España siempre y cuando las condiciones edafo-climáticas sean las adecuadas y la tecnología aplicada en el establecimiento y manejo de la plantación sea la correcta. Si el agricultor interesado se dirige a Agromillora, que es la principal empresa viverística de especies leñosas en España, encontrará el asesoramiento para la mejor elección.

Esta empresa es conocida por propuestas tan innovadoras como es el cultivo del olivo en seto iniciado hace más de 30 años en España y que en la actualidad cuenta en el mundo con cerca de 400.000 hectáreas.

A esta especie le siguieron el almendro, los cítricos y otros frutales. En todos los casos la propuesta se basa en plantaciones intensivas constituidas por copas bidimensionales, verticales y muy accesibles a las labores manuales y a la mecanización, siendo a la vez más eficientes en el uso de insumos, fertilizantes, agua o tratamientos fitosanitarios.

Plantación de almendro autoenraizado, Almudebar (Huesca). Tercer año de plantación.

Primeros pasos

A la hora de diseñar una nueva plantación el primer paso debe ser realizar un análisis químico del suelo para conocer aspectos tan importantes como son el pH, la conductividad eléctrica, los contenidos de materia orgánica y en elementos como el fosforo o el potasio.

Ignasi Iglesias recuerda que existen en el mercado diversas empresas privadas y centros públicos a los que se puede encargar un análisis muy detallado, que incluya la textura del suelo y el análisis biológico, que puede ser necesario en casos de replantación. Este es el primer paso.

El segundo y fundamental será la correspondiente apertura de calicatas para conocer el perfil del suelo y ver si existen factores limitantes como un horizonte compactado o impermeable o la insuficiente profundidad enraizable.

El segundo elemento que se debe estudiar con mucho detalle es el climático, por ser un factor clave y que puede ser limitante por las pluviometrías específicas de cada zona, o su distribución mensual y anual, o por el régimen de temperaturas, o por el riesgo de heladas primaverales. Las características climáticas junto a las edáficas, condicionarán la elección de especies, de variedades y de portainjertos.

“Los datos climáticos son vitales si nuestra explotación es de secano, pero también si es de regadío, ya que influirá en la cantidad de agua que necesitaremos”, afirma Iglesias. En secano conocer la pluviometría anual y su distribución mensual, la capacidad de retención del suelo, su profundidad y permeabilidad son claves para la rentabilidad del cultivo.

La adecuada preparación del suelo antes de la plantación (subsolado cruzado, aportación de materia orgánica en profundidad) será de vital importancia para optimizar la capacidad de almacenamiento de agua del suelo. Además, el riesgo de heladas limitará las especies que podemos introducir.

Con esta información en la mano, ya podemos inclinarnos por un cultivo determinado, que en Castilla y León serán básicamente el almendro o el pistacho. El almendro requiere mayor disponibilidad de agua que el pistacho y en ambos casos, para secanos duros, la disponibilidad de un riego de soporte es imprescindible.

Atención a las heladas

En el caso del almendro, será de vital importancia conocer en nuestra zona la fecha de la última helada y la probabilidad de que se produzca, ya que este fenómeno atmosférico es el principal limitante de la producción en Castilla y León. Cabe recordar que el área que presenta la mejor aptitud para el almendro es la vertiente mediterránea, con condiciones climáticas bien diferentes con respecto a Castilla y León.

Con carácter general y para evitar los problemas de polinización por los insectos, en la comunidad el productor se inclina hace décadas por variedades autofértiles y de floración tardía, lo que ayuda a esquivar muchos años a las fechas más peligrosas del calendario. Aun así, no siempre la floración tardía permite escapar a las heladas, como pasó en las primaveras de los años 2020 y 2022.

Aquí debemos recordar que, aunque se trate de variedades ‘autofértiles’, se recomienda siempre en la floración del almendro aportar abejas o abejorros, dado que mejoran la polinización y la productividad.

Escoger bien el patrón y el sistema de formación

Una de las elecciones clave que debemos afrontar en el diseño de la plantación es la correcta elección del portainjertos. Esta dependerá en gran medida de las características físicas y químicas del suelo y del sistema de formación que escojamos.

Al establecer el marco de plantación disponemos de diferentes modelos:

-El vaso que se puede considerar estándar en regadío con marco de plantación de 6 x 4 metros (seis metros entre líneas y cuatro metros entre plantas) o 6 x 5 m o 6 x 6 m. En algunos casos puede ser 6,5 metros entre líneas, según variedad, portainjerto, disponibilidad de agua y tipo de suelo. En este caso la recolección se realiza con paraguas invertido, y para fincas mayores con mantos y ‘buggies’ o con la Tenías. Los patrones utilizados mayoritariamente son el GF-677 y el Garnem (más vigoroso).

-Un sistema con mayor densidad de plantación es el intensivo el de 5-5,5 o 2,5-3 metros. Es una opción que nos permitirá entrar antes en producción, pero con la que no podremos utilizar un ‘paraguas invertido’ para la recolección. Esta se deberá realizar con mantos y buggies, con la Tenías, con los dos planos inclinados o desde el suelo (modelo californiano). En este caso, para suelos más pobres pueden utilizarse el GF-677 y el Garnem y para suelos más pesados el Rootpac-R.

-La tercera opción es el almendro en superintensivo, con una distancia entre líneas de 3,2-3,5 metros y entre plantas de un 1,0 a 1,3 metros. Los patrones más utilizados en este sistema son el Rootpac-20 de bajo vigor y el Rootpac-R, con un vigor superior. Ambos bien adaptados a suelos pesados y tolerantes a la asfixia. Nuevos patrones como Pilowred e Intensia de bajo vigor están en fase de desarrollo para su paso a escala comercial.

Una de las ventajas del Rootpac-20 y del Rootpac-R es su buen comportamiento en suelos pesados, con alto riesgo de encharcamiento, pobre capacidad de infiltración del agua, con niveles freáticos muy superficiales e infestados de nemátodos. Este buen comportamiento se debe a su resistencia a la asfixia radicular procedente del ciruelo.

Variedades

Entre las variedades autofértiles y de floración tardía destacan Penta y Makako obtenidas por el CEBAS-CSIC de Murcia; Vialfás y Mardia procedentes del CITA de Aragón. ‘Marinada’ ‘Tarraco’, obtenidas por el IRTA, presentan una floración intermedia.

Aunque algunos años como el 2022 en el valle del Ebro también las variedades de floración tardía se vieron afectadas por las heladas, otros años como 2021 escaparon a ellas.

Ensayo en alta densidad a 4,5 x 1,5 metros en el valle del Ebro. Plantaciones con patrón UCB-1.

¿Y el pistacho?

La producción de pistacho está muy condicionada por la temperatura y, de hecho, comunidades como Castilla-La Mancha son un buen ejemplo de región que ‘encaja’ con este cultivo, al tener suficientes horas de frío y de calor. Ambas características son requeridas para un cultivo eficiente del pistacho.

Lo mismo se puede decir de amplias zonas del suroeste de Castilla y León, según la experiencia de Agromillora y los diversos estudios realizados, como el desarrollado por Itacyl en el último lustro. En esta región el factor limitante en latitudes más al norte es la suficiente disponibilidad de horas calor.

¿Qué portainjerto?

El portainjerto UCB-1 procedente de semilla, como resultado de la hibridación de P. atlántica x P. integerrima, es uno de los patrones más utilizados en el cultivo moderno del pistacho. Se trata de un portainjerto vigoroso que aporta una buena precocidad productiva de la plantación. Presenta una elevada resistencia al frío, tolerancia a Armillaria pero sensible al Verticillium dahliae K.

Soporta bien los suelos calizos y presenta una tolerancia media a los salinos. Su propagación clonal mediante la tecnología ‘in vitro’ elimina la variabilidad respecto a la propagación por semilla, aportando una perfecta uniformidad entre todos los individuos.

Por su parte, Platinum es un patrón obtenido por la Universidad de Davis (California, EEUU) procedente del cruzamiento P. integérrima x P. atlántica, licenciado por Agromillora para su multiplicación ‘in vitro’ y su comercialización en España. Supone una mejora respecto al UCB-1 anterior en el aspecto productivo. Es tolerante al frío, resistente a Verticilum y es de crecimiento más rápido.

¿Y qué marco de plantación?

El marco de plantación utilizado en pistacho suele ser de 6 a 7 metros entre líneas y de 4 a 5 metros entre árboles. Al igual que en el almendro la tendencia es a intensificar las plantaciones para reducir el largo periodo hasta alcanzar la plena producción. Es por ello que marcos de plantación de 6 x 4 metros son habituales en muchas zonas productoras.

Se dispone ya de los primeros ensayos en alta densidad en el valle del Ebro, Castilla-La Mancha, Castilla y León y Murcia para evaluar este aspecto, con unos primeros resultados muy interesantes. Sin embargo, la falta de patrones de menor vigor que los utilizados dificulta a priori esta intensificación.

¿Y qué variedades?

Para la elección de la variedad, lo que debe tenerse en cuenta es su adaptación a la zona, de donde se derivará la producción de la plantación y su rentabilidad. El porcentaje de pistacho abierto es un segundo aspecto a considerar, pues determina su valor comercial.

Es por ello que además de ‘Kerman’, variedad de referencia indiscutible y la más plantada en el mundo, se han ido introduciendo otras variedades con menores porcentajes de frutos cerrados como ‘Sirora’, con un buen comportamiento productivo y calidad del fruto.

En la última década se han introducido a escala comercial las nuevas variedades ‘Lost Hills’ y ‘Golden Hills’ obtenidas de la Universidad de Davis (California, EEUU). Con diferencias de vigor importantes aportan una buena producción y bajos porcentajes de frutos cerrados. La empresa Eurosemillas es la licenciataria en exclusiva para España.

 

Fuente: CAMPOCYL

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