Cubiertas vegetales: una apuesta hacia la sostenibilidad económica y ambiental
La erosión y la salud del suelo se han visto perjudicadas por décadas de agricultura que ha primado la producción sin atender al sistema integrado suelo-planta
Sin embargo, en los últimos años, se ha puesto el foco de atención en las prácticas de cultivo que mitigan este efecto, prácticas que propician la regeneración del suelo, su vida y sus beneficios asociados. Una de estas prácticas es el establecimiento de cubiertas vegetales, siendo una de las estrategias que reportan más beneficios y son más fáciles de implantar y mantener con un menor coste económico y dedicación. Por todo ello las cubiertas vegetales han sido escogidas como una de las medidas dentro de los ecorregímenes de la PAC, percibiendo los agricultores ayudas, cumpliendo los requerimientos dictados por cada comunidad autónoma.
En función del objetivo y disponibilidad, podemos encontrar diferentes tipos de cubiertas vegetales:
- Cubiertas inertes: como su nombre indica, son coberturas de las calles del cultivo con elementos no vegetales, como mantas térmicas o plásticos, o cubiertas vegetales, como los restos de poda triturados o cortezas de pino. El uso de las cubiertas vegetales inertes, impiden la evaporación de humedad y la proliferación de malas hierbas. En el caso de las no vegetales, aunque son más costosas, en cultivos de alto valor, en zonas de gran presión de malas hierbas, cultivo ecológico o grandes restricciones hídricas, pueden ser una opción para adoptar. En el caso de las cubiertas inertes vegetales, el triturado de los restos de poda en las calles, suelen ser lo más utilizado.
Figura 1. Cubierta inerte no vegetal, con plástico (Sánchez et al. 2012. Horticultura) y cubierta inerte vegetal, con triturado de poda (ID- David).
- Cubiertas vivas: son especies vegetales herbáceas, bien sembradas o espontáneas que cubren las calles entre cultivo. En este caso la mayoría de los agricultores optan por el desarrollo de cubiertas espontáneas, aunque cada vez son más los que optan por utilizar cubiertas sembradas ya que les permiten elegir y gestionar sus beneficios y estacionalidad.
Figura 2. Cubierta espontánea y cubierta sembrada (Imágenes propias de Huesca y Toledo)
- Cubiertas con cultivos intercalares: denominamos así a los cultivos con aprovechamiento que se plantan en las calles, como aromáticas.
Figura 3. Cubierta de lavandin y de lavanda (Profesional Agro. UCO/UPCT Diverfarming).
Beneficios del uso de cubiertas vegetales
Las cubiertas vegetales, en contra de lo que tradicionalmente se ha entendido, proporcionan múltiples beneficios al suelo y a los cultivos principales, su elección y su gestión es lo que hacen obtener el máximo rendimiento de ellas. Existen numerosas evidencias científicas que han cuantificado sus beneficios, y podemos ver que se puede alcanzar una mejora en la aplicación de fertilizantes, del contenido en materia orgánica y del aumento del secuestro de carbono de hasta un 30%, una reducción de la lixiviación y de la escorrentía de hasta un 50% y de la erosión en hasta un 70%. En todos los casos es patente una reducción de la incidencia de malas hierbas, por la competencia generada y una regulación en los cambios de temperatura. En lo que respecta a la biodiversidad, esta se aumenta en un 45%, alcanzándose una mejora sanitaria, valorada en un 65% .
En los cultivos leñosos lo normal es encontrar cubiertas inertes vegetales compuestas por los restos de poda triturados in situ. Este tipo de cubierta presenta numerosos beneficios, tanto para el agricultor como para el cultivo. La poda es depositada o barrida hacia el centro de las calles para ser picada in situ, formando una capa de acolchado de unos pocos centímetros de espesor. Esta cubierta cumple una doble misión para la mitigación del cambio climático, relacionada con la aportación de carbono al suelo, carbono que ha sido absorbido de la atmosfera en forma de CO2, mediante la fotosíntesis y es aportado y secuestrado en el suelo tras su descomposición. De igual manera esta cubierta impide la evaporación, la nascencia de malas hierbas y amortigua los cambios de temperatura del suelo, por lo que también es una buena elección de cubierta inerte a adoptar.
De igual manera podemos encontrar numerosos testimonios de productores que han podido evidenciar muchos beneficios en sus explotaciones por la adopción de cubiertas vivas espontáneas. Así tenemos, por ejemplo, a Alejandro García Gascó, que en almendro en seto autoenraizado en Corral de Almaguer, en tan solo dos años desde su implantación, ha podido observar una menor incidencia de malas hierbas, una mejora de la fertilidad del suelo y una mayor proliferación de polinizadores e insectos beneficiosos.
El aumento de la salud del suelo debido al aumento de microorganismos y del carbono son beneficios que irán aumentando conforme su suelo alcance un equilibrio.
Figura 4. Cubiertas vivas espontáneas en Corral de Almaguer. Cultivo: almendro en seto autoenraizado, variedad Penta. Agricultor: Alejandro García Gascó
En lo que respecta al uso de cubiertas vivas sembradas, presenta más beneficios que el resto de tipos, ya que la elección de la especie nos posibilita una homogeneidad de cubierta, así como poder sembrar las especies que se adapten más a la problemática o necesidades de nuestra explotación. De manera generalizada, el desplazamiento de malas hierbas es mayor y el volumen de cubierta, y por tanto biomasa, carbono y nutrientes también lo es. La atracción de insectos beneficiosos y polinizadores, según las especies utilizadas, también experimenta múltiples beneficios y si tras segarse quisiera aportarse como abono verde, su eficacia sería mayor también.
En cualquiera de los casos un manejo adecuado nos hará obtener los máximos beneficios y evitar las posibles interferencias con el cultivo principal, como pudiera ser la competencia por el agua. La cubierta debe de considerarse como un cultivo más, con menores requerimientos que el cultivo principal, pero con unas necesidades de gestión. En cuanto a esto hemos recogido desde Synergynuts y la UPCT las pautas de manejo en la “Guía de manejo de cubiertas vegetales”, fruto de los trabajos de colaboración con Industrias David y Sociedad de Gestión en el marco del proyecto TED2021-129527B-l00, las cuales están sirviendo de base a muchos agricultores en toda España.
Desgárgate la guía completa sobre el manjeo de cubiertas vegetales elaborada por synergy nuts, indústrias david, universidad de cartagena y sociedad de gestión aquí:
Otro aspecto importante a considerar, que está siendo objeto de numerosos estudios en la actualidad, es el efecto de comunicación radicular que ejercen las cubiertas vegetales, al fomentar una flora microbiana continua en los suelos de cultivo, posibilitando con ello la sinergia de las relaciones enzimáticas y de los diferentes compuestos exudados por las raíces y microorganismos. En este contexto y puesto que la principal tendencia en las explotaciones es al mantenimiento de bandas de cubiertas de aproximadamente un metro o metro y medio de ancho, esta comunicación y sus beneficios asociados se favorece en los cultivos en seto, con anchos de calles de entre 3 y 3,5 m.
Resumiendo, el uso de cubiertas vegetales es una estrategia a adoptar en las explotaciones para aumentar la sostenibilidad ambiental y económica, al poder reducir el uso de insumos, como fertilizantes y fitosanitarios. Las cubiertas sembradas presentan más beneficios, sobre todo al ser bien gestionadas. Las características intrínsecas a los sistemas en seto, son los que más beneficiados se pueden ver por el uso de las cubiertas vegetales, al encontrarse una mayor cercanía a las bandas centrales.