Producción del avellano e orientación de las líneas

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La disponibilidad de plantones de calidad garantizada tanto desde el punto de vista de la autenticidad varietal y de su estado sanitario es clave para la moderna fruticultura y por supuesto en avellano. Esta especie se ha cultivado tradicionalmente sobre sus propias raíces y el uso de planta injertada es minoritario en comparación de otras especies leñosas. Tradicionalmente el origen de la planta era a partir de los rebrotes de la base de los árboles en plantaciones comerciales, lo que condujo a un deficiente estado sanitario y frecuentemente a la mezcla de material vegetal de la propia variedad con el procedente de frutos germinados.

Figura 13: Ciclo anual del avellano indicando los diferentes estados fenológicos y la Kc. Fuente: adaptado de IRTA.
Figura 13: Ciclo anual del avellano indicando los diferentes estados fenológicos y la Kc.
Fuente: adaptado de IRTA.

Desde hace ya varias décadas la situación mejoró sustancialmente gracias a la producción de planta de vivero por corte, recalce y anillado. Así el origen de la planta madre está controlado y también la autenticidad varietal/clonal y su estado sanitario, con la producción de los autoenraizados en campo abierto con una tecnología similar a otras especies frutales como el manzano. Este sistema de producción expone a la planta a factores bióticos del suelo y del ambiente lo que puede afectar a su estado sanitario que será más difícil de controlar y garantizar. Contrariamente, ya desde hace décadas se están utilizando otras técnicas de propagación como la micropropagación o propagación in vitro.

Figura 14: Sistemas de formación para el seto del almendro (superior) y del avellano (centro e inferior), con los correspondientes marcos de plantación y volúmenes productivos.

En este caso y al realizarse el proceso en invernadero de forma totalmente controlada ambientalmente asegura la garantía sanitaria y la homogeneidad de la planta. Por supuesto, al tratarse de una propagación clonal, las plantas serán idénticas
genéticamente o clones, aunándose la homogeneidad de las plantas y su perfecto estado sanitario. Este tipo de propagación aporta pues ventajas muy importantes respecto al método tradicional a campo abierto y es ya utilizado por numerosas empresas viveristicas para la producción de avellana como Agromillora, con más de 20 años de experiencia en la producción de este nuevo formato de planta.

Figura 14: Sistemas de formación para el seto del almendro (superior) y del avellano (centro e inferior), con los correspondientes marcos de plantación y volúmenes productivos.Las variedades actualmente disponibles son mayoritariamente de dos procedencias: europeas y americanas. Ambas presentan diferencias importantes en cuanto a su comportamiento agronómico, tamaño de fruto, aptitud industrial o en fresco y período vegetativo. Así las procedentes de Oregón inician su brotación con un retraso considerable con respecto a las europeas. Una de las enfermedades de mayor importancia en Oregón (USA) es la Eastern Filbert Blight (EFB), enfermedad causada por el hongo Anisogramma anómala, frente a la cual se han obtenido numerosas variedades resistentes por el programa de mejora genética de la Universidad de Oregón (Mehlenbacher, 2018).

Figura 14: Sistemas de formación para el seto del almendro (superior) y del avellano (centro e inferior), con los correspondientes marcos de plantación y volúmenes productivos.
Figura 14: Sistemas de formación para el seto del almendro (superior) y del avellano (centro
e inferior), con los correspondientes marcos de plantación y volúmenes productivos.

De entre las diferentes variedades destacar: Europeas: ‘Tonda Giffoni’, ‘Tonda Romana’, ‘Tonda Gentile delle Langhe’,
‘Barcelona’, ‘Negret’, ‘Pauetet’, etc. Americanas: básicamente procedentes de Oregón: ‘Ennis’, ‘Yamhill’, ‘Jefferson’, ‘Theta’, ‘Sacajawea’, etc.

Es importante destacar que la aptitud para la industria o para su consumo en fresco depende en gran parte de la variedad y que muchas de ellas poseen doble aptitud. Así en las variedades destinadas a su uso industrial, el calibre no va a ser un factor determinante, pero si lo es en las destinadas al consumo en fresco. En el grupo de aptitud industrial, destacar entre otras ‘Tonda Gentile delle Langue’ (muy valorada en Italia), ‘Tonda di Giffoni’, ‘Tonda Romana’, ‘Negret’o ‘Pauetet’. Para consumo en fresco son ‘Ennis’, ‘Barcelona’, ‘Jefferson’, ‘Yamhill’ o ‘Tetha’.

El avellano (Corylus avellana L.), es una especie monoica, es decir, tiene flores femeninas y masculinas (en amentos)
sobre el mismo pie. Su polinización es estrictamente anemófila (por el viento); posee dicogamia, es decir, las flores masculinas y femeninas del mismo árbol/variedad maduran desfasadas, por lo que no coinciden en el tiempo. Otro factor de importancia es que es autoincompatible y presenta incompatibilidad genética cruzada, o sea, no todas las variedades sirven como polinizadores, aunque coincidan en el tiempo. Más del 90% de las variedades son protándricas, lo que significa que los amentos maduran antes que las flores femeninas. Todas estas características, además de las condiciones climáticas durante el desarrollo de los órganos reproductivos y la época en que se realiza la polinización (invierno), desembocarán en que el avellano se enfrente a determinados problemas (Ellena et al., 2013).

Por lo mismo, las recomendaciones apuntan siempre a que se disponga de variedades polinizadoras en la plantación
establecidas para proporcionar polen, más aún cuando no existan en los alrededores avellanos silvestres.
Y es que, pese a que la transferencia de polen o polinización en pleno invierno, la fertilización propiamente tal -unión de gametos femeninos y masculinos, y formación de la semilla comestible- solo ocurre tres a cuatro meses después, lo que en la práctica hace más complejo todo el proceso (Figuras 13 y 14). Por todo ello, un aspecto clave en el diseño de la plantación y que va a incidir de forma directa en las producciones es la correcta elección de las variedades y de sus correspondientes polinizadores así como su número y disposición en el campo.

Tabla 2: Compatibilidad polínica entre 10 variedades de avellano, indicándose los alelos de incompatibilidad. Fuente: “Le Noisetier“, Ctifl (France).
Tabla 2: Compatibilidad polínica entre 10 variedades de avellano, indicándose los alelos de incompatibilidad. Fuente: “Le Noisetier“, Ctifl (France).

Las variedades polinizadoras en plantaciones de alta densidad, como el modelo propuesto a continuación, deberán disponerse en líneas enteras para facilitar el manejo de la recolección y a razón del 8 al 12%. Se recomienda una línea o hilera de variedad polinizadora por cada 6 o por cada 9 líneas de variedad a polinizar (según autores) y al mismo tiempo utilizar al menos dos variedades polinizadoras. Éstas deberán presentar una floración constante a lo largo de los años y situarse en la parte de la parcela que favorezca su dispersión con la dirección del viento dominante. En las Tablas 2 y 3 se indican las variedades a polinizar en la parte izquierda y las variedades polinizadoras y por tanto de polen compatible en la parte superior derecha de la tabla.

Tabla 3: Compatibilidad polínica de variedades de avellano, indicándose los alelos de incompatbilidad. Fuente: Oregon State University, Hazelnut Breeding Program (USA).
Tabla 3: Compatibilidad polínica de variedades de avellano, indicándose los alelos de incompatbilidad. Fuente: Oregon State University, Hazelnut Breeding Program (USA).

Para la compatibilidad entre variedades, además de concordar en el tiempo la fecha de floración (variedad a polinizar) y la de liberación de polen (variedad polinizadora), depende la combinación alélica que se muestra en las Tablas 2 y 3. Así la presencia de un alelo común entre las dos variedades (y que éste sea dominante en la variedad polinizadora) hace que la combinación sea incompatible. Los alelos subrayados en la parte superior son dominantes o codominantes a nivel de
polen. En blanco cruzamientos incompatibles, Cruzamientos compatibles.

Este tipo de propagación aporta pues ventajas muy importantes respecto al método tradicional a campo abierto y es ya utilizado por numerosas empresas viveristicas para la producción de avellana.

Orientación de las líneas

La correcta orientación de las líneas es importante para asegurar la óptima distribución de la radiación solar a ambos lados de la copa de los árboles y a lo largo del período vegetativo. Por ello, la plantación deberá realizarse siempre en la dirección N-S (Figura 8).

Distancia entre líneas

La distancia entre líneas es importante, dado que junto con la separación entre árboles definen la densidad de plantación y por tanto la rapidez de entrada en producción, pero también la producción en la plantación adulta. A mayor densidad de plantación, antes la copa de los árboles ocupa el espacio asignado y más pronto se alcanzará la plena producción, pero mayor será también es el coste de plantación. Deberá por tanto encontrarse el punto óptimo entre la densidad de plantación y el equilibrio vegetación-producción en árboles adultos. Para optimizar el potencial productivo de una plantación, la separación entre líneas depende principalmente de la altura de los árboles, a mayor altura mayor separación.

Figura 8: La orientación de las líneas deberá ser siempre que sea posible N-S (Foto: G. Rutigliano).
Figura 8: La orientación de las líneas deberá ser siempre que sea posible N-S (Foto: G. Rutigliano).

La norma general es por cada 1 m de interlinea 1 m de altura, pero esta relación deberá corregirse por la latitud, como se ilustra en la Figura 9. En el caso del avellano se establece para las plantaciones en alta densidad una separación entre líneas de 4m, superiores por tanto al almendro en SHD, debido también a que la altura de la copa es mayor y la interlinea deberá posibilitar la recolección mecanizada.

Distancia entre árboles

La distancia entre árboles, junto con la separación entre líneas, determina la densidad de plantación, el volumen de copa y el potencial productivo por unidad de superficie. En avellano no se dispone de patrones enanizantes.

Otro factor de importancia es que es autoincompatible y presenta incompatibilidad genética cruzada, o sea, no todas las variedades sirven como polinizadores, aunque coincidan en el tiempo.

Tampoco suelen injertarse las variedades que mayoritariamente son de vigor medio-alto. En base a la experiencia experimental previa, se ha establecido para las primeras plantaciones comerciales una distancia entre árboles de 2 m, tal como se observa en la Figura 10. Entre líneas se ha fijado una distancia de 4 m, por tanto, el marco de plantación será de 4 x 2 m , lo que equivale a 1.250 árboles/ha.

 

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