¿Por qué establecer zonas de gestión a partir de imágenes de satélite?
SONEA es una empresa española especializada en soluciones agrícolas basadas en Teledetección y SIG que nació con el objetivo de incorporar las nuevas tecnologías al sector agrícola de forma sencilla y positiva. Desde 2014 monitoriza fincas en distintas partes del mundo, acompañando a los productores en la toma de decisiones en los diferentes momentos del cultivo.
¿Por qué establecer zonas de gestión a partir de imágenes de satélite?
La variabilidad espacial de las propiedades del suelo y su conexión con el rendimiento de los cultivos es de sobra conocido por los agricultores desde tiempos inmemorables. Hasta la aparición de maquinaria de cosecha equipada con monitores de rendimiento, en un primer momento en cereal y después en otros cultivos como viña, no se tenía forma de medir cómo esa variabilidad intraparcelaria influía en el rendimiento de los cultivos. Es en ese preciso momento cuando comenzó el interés por conseguir homogeneizar la producción de la finca.
Una buena forma de conseguir esta homogenización es establecer zonas de gestión que permiten realizar una actuación sobre las zonas de la finca que lo necesitan en la forma que necesitan, alcanzando estándares de producción más eficientes. La delimitación de estas zonas requiere de un buen conocimiento de la variabilidad de los suelos de la finca pues, como ya hemos comentado, su conexión con el rendimiento, y en definitiva con la rentabilidad de la explotación, es indiscutible. Dos de los momentos en los que se considera clave el tener en cuenta la variabilidad de la explotación por tener una incidencia directa en la rentabilidad y eficiencia de su gestión, es antes de la implantación de cultivo o modernización o transformación del riego, y previo a cosecha en caso de cultivos como la viña o el olivo.
Conocer la variabilidad de la finca o grupo de parcelas antes de la implantación del cultivo o de del diseño del riego permite que este diseño se realice acorde a las zonas de gestión definidas (elección de variedades, marco de plantación, densidades de siembra o sectorización del riego si se trata de fincas en regadío). En fincas ya amuebladas, también permite establecer zonas de gestión adaptándose al equipamiento existente de forma que permita un manejo diferenciado (agua, fertilización u otros) entre zonas durante las sucesivas campañas.
En momentos previos a la recolección en cultivos como viña u olivar, puede resulta interesante establecer bloques o zonas según el comportamiento del cultivo durante la campaña, con el objetivo de delimitar zonas que puedan conllevar un producto o momento de recolección diferente. Conocer la superficie y localización de cada zona, permite hacer más eficiente el trabajo de muestreo en campo y tenerlo en cuenta para planificar la cosecha o establecer la posibilidad de realizar cosecha selectiva si se pretende diferenciar para calidades diferentes o por momentos de recolección.
En estos dos casos, previo a campaña y previo a recolección, la teledetección es una herramienta idónea para conocer la variabilidad de la finca ya que proporciona información de la totalidad de la superficie en uno o varios momentos determinados.
Un sensor a bordo de un satélite, dron u otra plataforma funciona en forma de cámara de fotos, captando la radiación que reflejan los objetos en distintas longitudes de onda, sólo algunas de ellas invisibles son para el ojo humano. El registro de la energía que cada objeto refleja en cada longitud de onda es lo que se denomina firma espectral que es en lo que se basa cualquier trabajo de teledetección.
Algunas de las ventajas del uso de imágenes de satélite frente a imágenes de dron es la posibilidad de disponer de imágenes de acceso libre desde la década de 1980 y la periodicidad con la que se puede obtener una imagen actualmente, que en algunas zonas, basándonos en imágenes de acceso libre, llega a ser hasta de es de 2-3 días. Cada uno de estos aspectos resulta determinante para realizar las cartografías de zonificación necesarias para delimitar las zonas de gestión de las que se ha hablado. La posibilidad de captura y análisis de esta información no visible para el ojo humano, con una visión general de la finca o parcelas y objetiva, así como con posibilidad de análisis de información del pasado, son varias de las cuestiones que hacen que teledetección sea un complemento a tener en cuenta para alcanzar el objetivo de gestión de la variabilidad de la explotación.
Zonificación de suelos (previo a plantación o diseño de riego)
La zonificación de suelos se basa en delimitar las áreas de la parcela que presentan un comportamiento espectral diferente, en base a la respuesta del suelo y no de la vegetación. La cartografía resultante proporciona información sobre cuántas clases de suelo, su distribución espacial y en qué proporción están presentes en las parcelas. Cabe destacar que únicamente con información de teledetección no se obtiene información de las características físicas ni químicas de los suelos, sin embargo es un complemento perfecto para que esa caracterización necesaria, mediante la toma de muestras en campo, sea lo más eficiente posible tanto en la elección del número de muestras como de dónde se toman. El mapa de zonificación de suelos permite optimizar el número de muestras a tomar frente a métodos de muestreo tradicionales, con la seguridad de que estas muestras son representativas de los suelos presentes en la parcela.
Tras la posterior caracterización de cada uno de los suelos delimitados por zonas, se pueden definir de una forma más selectiva desde las variedades a implantar a los trabajos necesarios para un mejor desarrollo del cultivo y mejora de la gestión posterior: subsolados, la necesidad de realizar caballones o la aplicación de enmiendas.
Además, estos mapas de zonificación son una información complementaria a la que ya utilizan los técnicos en el diseño de las unidades de riego, ya que ayudan a la delimitación de la forma y orientación de los sectores de riego con el objetivo de que se permita realizar un manejo diferenciado y un uso más eficiente de los insumos (agua o abono).
Esta información puede utilizarse también para la instalación de sondas de humedad permitiendo conocer el número de sondas a instalar para tener monitorizada la variabilidad de la finca, así como la ubicación más idónea para los objetivos buscados.
En numerosas ocasiones, se realizan ensayos en las parcelas con el objetivo de testar nuevos productos o nuevas soluciones de mejora. Se aplican en pequeñas zonas para evaluar su eficacia antes de aplicarla al conjunto de la parcela. Conocer la variabilidad y distribución de los suelos de la parcela, permite tener la certeza de que la ubicación de las zonas de ensayo y control se realiza en el mismo tipo de suelo eliminando factores que pudieran enmascarar los resultados.
Firmas espectrales de distintas cubiertas.
Parte visible para el ojo humano. «Nunca perdáis contacto con el suelo; porque sólo así tendréis una idea aproximada de vuestra estatura» Antonio Machado
Zonificación previa a cosecha
Partiendo de la base de que un comportamiento del cultivo diferente en un momento determinado (estrés, mayor desarrollo vegetativo por encharcamiento, helada etc.), podría conllevar a tener un producto o calidad distintos o que puedan requerir un momento de cosecha diferente, estos mapas de zonificación del cultivo elaborados a partir de la evolución del cultivo en campaña, de olivar o viña principalmente, pretenden optimizar el muestreo tanto en lo que se refiere a número de muestras a tomar como en la representatividad de las mismas.
A partir de las imágenes tomadas durante el ciclo del cultivo, con la interpretación de las mismas y teniendo en cuenta lo sucedido en campaña, se realiza una caracterización de la evolución del cultivo durante la campaña permitiendo delimitar las diferentes zonas en la parcela o grupo de parcelas. Tras un muestreo de cada zona y en base a los criterios y objetivos de los técnicos de la finca o la bodega o almazara, se busca establecer las zonas que, sin que sea necesaria una máquina de precisión, se recolectarán de forma independiente por necesitar diferentes momentos de recolección o al ser susceptibles de diferenciar calidades, por ejemplo, para un mercado gourmet. De esta forma se persigue el maximizar la eficiencia en el trabajo y la rentabilidad del cultivo, al poder identificar zonas que puedan requerir un momento diferente de recolección o que tienen posibilidad de acceder a otro mercado en el cual el precio sea mayor.
Patricia Salas y Marta Mercadal
