¿Estaremos perdiendo una oportunidad única?

¿Estaremos perdiendo una oportunidad única?

La inversión en agricultura puede ser la clave para la sostenibilidad y la regeneración del suelo en el sur de Europa

Dimas Antúnez, asesor externo y business development

Dimas Antúnez tiene una extensa carrera de más de 38 años en el sector finanzas. 
Ejerce como asesor externo de consejo y business development para diferentes grupos de inversión. 

Gracias a su extensa experiencia en el sector, Dimas Antúnez cuenta con una visión panoramica del panorama actual y refleja en este artículo cuáles son las principales características del sector en cuanto a la inversión en agricultura. Dimas es experto en temas com el Agribusiness,  las AgriTech, la Agricultura Regenerativa, la Viabilidad de la Sostenibilidad o la gestión de las inversiones.

Mucho se ha hablado y escrito sobre las nuevas oportunidades que representan para la economía del sur de Europa los nuevos paradigmas de la agricultura, ya saben, eso que muchas veces hemos denominado (yo el primero y con bastante simpleza por cierto) el cambio de la agricultura al agribusiness.

Sobre todo, por la oportunidad que representa el cambio de la propiedad de la tierra y la fuerte inversión que ello representa.

Este nuevo foco de negocio, tratado o iniciado desde una perspectiva financiera (muchas veces solo con la disculpa de la » no correlación» con los mercados tradicionales»; otra simpleza por cierto)  apoyó su decisión en parámetros absolutamente válidos y contrastables como son los grandes avances tecnológicos, muy especialmente, los avances en genética de plantas que han permitido el desarrollo de grandes cultivos, sobre todo leñosos y que permiten la mecanización de los procesos y por tanto el ahorro de costes en la producción de alimentos.

Otros puntos de apoyo para esta gran afluencia del dinero a la agricultura tienen que ver con los estudios de FAO en los que se demuestra el «imparable vicio de comer bien» que tenemos los humanos y por supuesto y va en serio, el imparable crecimiento de la población humana y su creciente longevidad media.

Y un tercer apoyo para esta decisión de invertir en agricultura tiene que ver con ese ya «perejil de todas las salsas» denominado Sostenibilidad y todas sus variantes, sinónimos y agregados…. Terminado todos en la famosa ESG.

Muchos de los inversores o estructuradores de inversión en agro han intentado con mayor o menor éxito en presentarse como los abanderados e esta ESG, y más aún, como abanderados del «impacto».

«El interés es máximo y las intenciones irreprochables… pero nos falta perspectiva, foco y visión periférica.»

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No digo yo que esto sea una quimera, al contrario, el interés es máximo y las intenciones irreprochables…. Pero nos falta perspectiva, foco y visión periférica. (mi amigo Freddy diría que nos falta peso en una parte de nuestra anotomía, pero queda entre mi amigo Freddy y yo, por el momento)

Recientemente he tenido la oportunidad de hojear la obra “Una agricultura sin agricultores” de Frnaçois Purseigle y Bertrand Hervieu en la que analizan el imparable cambio en la estructura socio económica de la agricultura en Francia en todas sus perspectivas y connotaciones. Este cambio es también aplicable a España.

Paralelamente a este estudio he tenido oportunidad de seguir la evolución en mejoras genéticas de cultivos leñosos que Agromillora, empresa líder del sector, ha realizado y siguen realizando para su adaptación al secano.

Si a esto, le unimos las cada vez más numerosas voces que ponen el foco en la recuperación y regeneración del suelo  como fuente de conservación de activos, ahorros de agua, mejoras de producción y por tanto de rendimientos, nos lleva a pensar que la perspectiva de toda la buena “intención sostenible” de la inversión masiva en agricultura, o bien está pensada sesgadamente (visión rentabilidad económica por encima de todo y si “cae” algo de sostenibilidad bien venido sea) o bien su foco, su visión es reducida e insuficiente.

«El foco debe empezar por el suelo y dejar en un segundo plano si es regadío o secano.»

El foco debe empezar por el suelo, y dejar en un segundo plano si es regadío o secano. Si ponemos el foco en el suelo, ya estaremos regenerando, ya estaremos realizando labores sostenibles (incluso de sostenibilidad económica desde el momento cero) y evitaremos, que cuando nuestros árboles ya no produzcan “suficientemente” sean talados sin tener en cuenta otros valores como, por ejemplo, el más simple, su valor paisajístico. Por qué si, el mundo rural ha pasado a ser percibido como patrimonio de todos, y todos creen tener algo que decir al respecto; ¿Pero ¿Cómo llega a la cuenta de resultados del agricultor? Si no traducimos a euros todos esos valores que pasan a ser casi de la sociedad en general ¿Cómo querremos conservar estructuras socio económicas como las familias, las cooperativas, etc.?

Estamos hablando nada más y nada menos de un objetivo importante, el retener población en el mundo rural dotándola de igualdad de oportunidades. Hecho importante que todavía se hecha muy en falta en los grandes inversores que aterrizan en la agricultura del sur de Europa y que sin su integración el modelo que ser pretende “sostenible-rentable” será sencillamente inviable en el largo plazo.

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