Frutos rojos in vitro, una garantía de calidad 

Frutos rojos in vitro, una garantía de calidad 

La irrupción del cultivo de frutos rojos o berries ha supuesto un cambio radical en los proyectos agrícolas en el sur de España New call-to-action

El cultivo de frutos rojos ha sufrido una transformación muy interesante en España. Inicialmente centrado únicamente en las fresas, sufre un importante crecimiento a finales de la década de los 70’. La producción inicia su centralización en la zona de Huelva que en apenas 10 años de cultivo ya se erige como la región dominante en su producción. Las temperaturas suaves, así como unos suelos arenosos facilitan el cultivo de estas pequeñas plantas, inicialmente en túneles e invernaderos. Hoy en día, ya con un porcentaje notable de sofisticadas estructuras elevadas de hidroponía que optimizan los escasos recursos hídricos, han mejorado las tareas de recolección, aumentando los kg/hora cosechados. 

Fuente: https://www.researchgate.net/figure/Figura-1-Evolucion-relativa-de-la-superficie-de-frutos-rojos-en-la-provincia-de-Huelva_fig1_349718844
Fuente: https://www.researchgate.net/figure/Figura-1-Evolucion-relativa-de-la-superficie-de-frutos-rojos-en-la-provincia-de-Huelva_fig1_349718844

 

En los últimos 15 años el sector, que puede destacarse por ser fuertemente innovador en prácticas agronómicas, inicia la exploración de arándano y frambuesa como cultivos alternativos a una fresa de precios fluctuantes y, a menudo, poco rentable. En 2021, frambuesa y arándano pasan a ocupar un 20% y 30% en superficie cultivada. 

Fuente: https://www.mapa.gob.es/es/agricultura/temas/producciones-agricolas/analisiscampanafrutosrojos2021-202227abrilde2022_tcm30-619132.pdf
Fuente: https://www.mapa.gob.es/es/agricultura/temas/producciones-agricolas/analisiscampanafrutosrojos2021-202227abrilde2022_tcm30-619132.pdf

 

Esta explosión del consumo y cultivo de estos pequeños frutos se observa también en regiones de climatología similar: en Agadir, al sur de Marruecos, un crecimiento similar ha seguido al onubense, posicionándose como polo productor/exportador a los países de la eurozona. Asimismo, México, toma el liderazgo en la producción de frambuesa y fresa para el mercado norteamericano; junto a Perú, líder mundial en la producción a contra estación en el sector del arándano.  

 Apenas una década después de las primeras plantaciones de arándano y frambuesa, y hoy con la entrada de la mora, la experiencia acumulada sobre el terreno ya es notable; y el sector se encuentra en un punto de madurez.  

El cultivo de los berries parte hoy de una situación ventajosa: un mercado consolidado y en expansión, una fuerte inversión en genética y un contexto de tecnificación agronómica que facilita las delicadas condiciones de cultivo.  En este escenario, surge la necesidad de revisar uno de los pilares fundamentales del éxito de nuestra nueva plantación: ¿Cómo podemos propagar un material vegetal de la mejor calidad? 

 La multiplicación tradicional de berries difiere sustancialmente entre especies, siendo en cualquier caso de forma vegetativa. En el arándano, se utilizan estacas semileñosas, mientras que en frambuesa o mora se realiza mediante la separación de rebrotes de bloques de raíces “brote etiolado”. Estas técnicas presentan, como limitación para el viverista, una variabilidad excesiva en las tasas de enraizamiento o rebrotes obtenidos, como son una arquitectura de raíz pobre (en el caso de los arándanos) según la variedad o incluso entre temporadas. Esto puede tener una afectación crítica en la disponibilidad de planta para cuando se buscan ventanas específicas de plantación.

Sin embargo, el factor preponderante al multiplicar una planta desde las condiciones antes señaladas es la transmisión de enfermedades desde la planta madre, desde el suelo o la pérdida de vigor por envejecimiento del material. Estos factores pueden afectar directamente al rendimiento de la explotación, así como tener consecuencias en el largo plazo en caso de afectaciones fitosanitarias de suelo. Adicionalmente, existe el riesgo de propagar plantas que no son las deseadas, ya que en ese mismo suelo caen semillas de los frutos de las plantas madre, dando lugar a plántulas fuera de tipo.  

 

La micropropagación o cultivo in vitro de material vegetal, inicialmente desarrollado en universidades y centros de investigación de todo el mundo, se propone como una tecnología alternativa de multiplicación. Esta técnica busca solucionar los problemas anteriormente mencionados y el sector viverístico se ha sumado para la propagación de especies leñosas. Consiste en la multiplicación de pequeñas plántulas en condiciones de esterilidad que, tras un gradual proceso de aclimatación, las plántulas producidas son genéticamente idénticas a la planta madre y entre ellas. De esta manera, es importante que un buen proceso de producción de plantas invitro, comience con plantas verificadas genéticamente, que corresponden a la genética que interese multiplicar, como también que las plantas madre estén sanas y se mantengan en condiciones de aislamiento.   

La micropropagación es un potente aliado en este sector tremendamente dinámico y exigente. Siendo pilar del eslabón inicial de la cadena productiva: la plantita que dará lugar a que todo pase 

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