Agricultura carbono y digitalización

La Agricultura del carbono y la digitalización como estrategias de futuro de las explotaciones agrícolas

La digitalización en la agricultura española está relativamente inmadura, por tanto, se requiere priorizar y aumentar rápidamente la inversión privada y pública para cumplir con los objetivos de productividad y sostenibilidad en el futuro

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La agricultura del carbono se está convirtiendo en un nuevo incentivo que la Unión Europea desde el año 2021 quiere potenciar en el nuevo marco de la Política Agrícola Común PAC 2023-2027 (Reglamento (UE) (2021)/(2115)) y el Pacto Verde Europeo (COM/640, 2019), para que se incremente de forma directa la rentabilidad y sostenibilidad a las explotaciones agrícolas. Implica el uso de prácticas agrícolas respetuosas con el medio ambiente, que contribuyan a reducir los efectos de cambio climático fomentando la captura y el secuestro de carbono. 

La iniciativa de la UE pretende promover prácticas que secuestren y almacenen carbono en el suelo y en la biomasa a largo plazo, lo que deriva en varios efectos positivos: 

  1. Mejora de la salud del suelo, que a su vez fomenta la productividad de los cultivos. 
  2. Absorción neta de CO2 atmosférico y posterior secuestro en forma de carbono orgánico en la biomasa aérea (madera) o subterránea (raíces) y en los suelos agrícolas. 
  3. Prevención de futuras emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero (GEI), así como su reducción. 

Para agricultores y empresarios agrícolas aparece un nuevo modelo de negocio, encaminado a la producción de “créditos de carbono” a través del secuestro del mismo y por la reducción de las emisiones de GEI, que podrán compatibilizar con su actual actividad productiva, dotándola de un mayor valor medioambiental, social y económico. El crédito de carbono producido por unidad de superficie, equivale a una tonelada de carbono equivalente (tCO2e) por hectárea genera una nueva fuente de ingresos para el sector agrícola, pudiéndose comercializar en los mercados de carbono. 

Los mercados de carbono son un instrumento económico internacional que permite a empresas y países la compensación de las emisiones de CO2, la descarbonización de la economía global y frenar el calentamiento global. Están amparados tanto por el Protocolo de Kioto (1997) como por el Acuerdo de París (2015), existiendo dos tipos principales que funcionan de manera complementaria: mercados regulados y voluntario.

 

En los mercados regulados de carbono se comercializan derechos de emisión y en mercados voluntarios en los que se comercializan los créditos de carbono, que

representan reducciones o absorciones de carbono voluntarias a través un proyecto que reduce o evita frente a una línea base, como la prevención de la deforestación, fomento de energías renovables o eficiencia energética, o bien absorbe del ya presente en la atmósfera mediante la creación de sumideros naturales, como puede ser el suelo o una plantación de cultivos leñosos (olivar, almendro, viñedos, etc.).

Las plantaciones de árboles se caracterizan por su capacidad para eliminar CO2 de la atmósfera y almacenarlo de forma estable en las estructuras de los árboles (troncos, raíces y ramas), así como en el suelo. Especialmente en las plantaciones intensivas y superintensivas de olivar existen datos de secuestro entre 2.05 y 4.10 toneladas de carbono por hectárea y año (López Bellido, et. al 2016).  

Además de estos ingresos generados por la venta de los créditos de carbono, si se completa toda la trazabilidad del proceso productivo en la industria transformadora, obtenemos la huella de carbono del producto final, y aportar un mayor valor comercial que nos diferencien de la competencia y nos posicionen en una mejor situación en el mercado, así como una mejor visión medioambiental de los consumidores. Esto es aplicable tanto a la producción de aceite de oliva, frutos secos, vinos, etc. 

La mejora de las prácticas de gestión del suelo, como el nulo o mínimo laboreo frente al laboreo tradicional, el empleo de cubiertas vegetales, el picado e incorporación en el suelo de restos de poda y el abonado orgánico pueden incrementar hasta en cinco la concentración de carbono en suelo aumentando notablemente el balance neto de carbono en las plantaciones, así como una reducción significativa de la erosión en orografías con pendiente. 

Por otro lado, la digitalización de los procesos biológicos que ocurren naturalmente en las plantas y los suelos de nuestras explotaciones agrícolas, nos permitirán calcular de forma certera las toneladas de carbono secuestrados en nuestra explotación, incrementando la rentabilidad y futuro de la agricultura.

Los suelos agrícolas son una pieza fundamental ante el cambio climático ya que es el principal sumidero de carbono, bloqueándolo en forma de materia orgánica estable y produciendo una lenta liberación de carbono a la atmósfera en forma de CO2, que contribuye a la lucha contra el cambio climático. Por tanto, un aumento del contenido de carbono en suelo es un indicador de una mayor fertilidad, ya que mejora su estructura, aumenta la tasa de infiltración favoreciendo una mejor disponibilidad de agua y nutrientes para las plantas, aumentando la producción de alimento, la rentabilidad de las explotaciones y disminuyendo las emisiones de CO2 a la atmosfera. 

Es fundamental en las explotaciones agrícolas disponer de un plan para introducir aquellas innovaciones tecnológicas y prácticas agrícolas necesarias para alcanzar una agricultura del carbono sostenible y rentable. 

Estas prácticas agrícolas y la incorporación de la digitalización están siendo tomadas en cuenta por muchas nuevas plantaciones que tienen un grandísimo potencial productivo y de secuestro de carbono, es por ello que como por ejemplo una gran empresa agroalimentaria como ALGOSUR S.L. está realizando un proyecto de I+D+i apoyado con financiación del CDTI, para mejorar la calidad del aceite de oliva que produce en su nueva almazara situada en Lebrija (Sevilla) incrementando los niveles de materia orgánica en los suelos, en sus más de 5.000 hectáreas que tiene plantada en la actualidad. 

La empresa ALGOSUR S.L. tiene una línea de asesoramiento agrícola (ALGOSUR PLANT) que, entre otras materias, guía a sus asociados en la agricultura de carbono. Este asesoramiento incluye la gestión de los créditos de carbono dentro de los servicios que ofrecen a los asociados al proyecto. 

Es importante recalcar que para que un proyecto agrícola genere créditos de carbono, ya sea una plantación de olivar, de almendro, viñedo etc., deberá certificarse con un estándar reconocido que asegure su calidad y evite una doble contabilidad. Para ello es vital la digitalización es una herramienta fundamental en dicho proceso. En este caso es necesario que se integren en el día a día de la gestión de las explotaciones y que no supongan una carga adicional al personal encargado, ya bastante sobrepasado de tareas y gestiones. 

En este caso en el proyecto de I+D+i, anteriormente citado, se ha usado el sistema digital de la empresa OASIS Agro, que además de permitir la gestión de las operaciones diarias, consigue recabar de manera automática todas las emisiones asociadas a los diferentes alcances de la huella de carbono. 

El paso adicional que la herramienta OASIS ofrece es una recogida de muestras guiada, fiable y basada en algoritmos propios de geoanálisis y visión artificial, que hacen que cualquier persona pueda registrar la cantidad de carbono que captura su explotación de una manera muy asequible.  

El proceso para poder registrar las toneladas capturadas en cada una de las fincas de ALGOSUR, a través de la herramienta digital OASIS es el siguiente: 

1.Trazabilidad de todas las tareas agrícolas, con la maquinaria, productos y horas de trabajo. Para ello todas las actuaciones se organizan a través del ecosistema digital basado en mensajería y envío de tareas.

2.Toma de muestras de suelo. En el módulo de carbono de OASIS aparecen las mejores ubicaciones para tomar muestras representativas en función de zonas homogéneas de carbono. Estas zonas se han calculado con el acumulado de 5 años de variación de las fincas y una combinación de las diferentes longitudes de onda en este tiempo. Así con el menor número de muestras de suelo se puede tener un dato fiable, repetible y ajustado de la cantidad de carbono orgánico. 

  • El usuario únicamente deberá guardar la evidencia fotográfica de la muestra y una vez reciba los resultados introducirá los valores, con esta información el sistema, de manera automática, ofrecerá la cantidad total de carbono en la finca con un detalle por zonas. 

3. Toma de muestras de árboles. La red neuronal de visión artificial de OASIS ha sido entrenada con más de 1000 imágenes y sus resultados reales de carbono y volumetría. De esta forma, los usuarios podrán hacer uso de esta tecnología para, en los casos de plantaciones de leñosos, simplemente con una foto con el móvil OASIS muestra la cantidad de carbono existente en el árbol. Con esto se muestra el valor final de carbono aéreo existente.

4.Balance Global de Carbono. El último paso es unificar todas las métricas anuales para calcular en diferencial que finalmente será el que se transformará en créditos de carbono certificados y vendibles en mercados voluntarios.

OASIS ofrece a sus usuarios la herramienta de recolección de los datos, de manera simple y ordenada, y sobre todo la gestión integral de todo el proceso del carbono: 

  • Presentación del proyecto de Carbono a la acreditadora internacional 
  • Contacto y gestión con la Certificadora externa, que exige la acreditadora, para asegurar las prácticas acordes al proyecto de carbono 
  • Venta de los créditos generados con un grupo de mercados, clientes y brokers especializados. 

Es una evidencia que la digitalización está transformando radicalmente a la agricultura y a la industria alimentaria. Entendemos como digitalización al uso de tecnologías digitales para la generación, transmisión, procesamiento y análisis de datos. Muchos de los beneficios de la digitalización se centran en una mayor eficiencia a través de una mecanización de precisión, la automatización de procesos y una mejor toma de decisiones, sin embargo, también es probable que la transformación digital genere un desafío y un comportamiento crítico en las partes involucradas, a medida que empiezan a comprender estas nuevas formas de trabajar. 

En la actualidad se está avanzando mucho en agricultura de precisión, la mejora de los sistemas de trazabilidad y del comercio a través de plataformas en línea, pero la digitalización en la agricultura española está relativamente inmadura, por tanto, se requiere priorizar y aumentar rápidamente la inversión privada y pública para cumplir con los objetivos de productividad y sostenibilidad en el futuro. 

Se prevén cambios significativos en los sistemas agrícolas debido a la convergencia de nuevas tecnologías digitales, incluyendo, el monitoreo en tiempo real a través de sensores, el Big data, el Internet de las cosas, el aprendizaje automático y la computación en la nube entre otras. La innovación es más que la simple adopción de nuevas tecnologías; implica la coevolución de tecnologías, sociedades, economías e instituciones. Otros cambios importantes que ya están afectando negativamente a los sistemas agrícolas son los relacionados con el cambio climático.

Elevadas temperaturas, sequías prolongadas, eventos meteorológicos extremos están afectando actualmente a la productividad agrícola y ganadera mundial. A esos efectos negativos se le suman el incremento de la población mundial aumente la demanda global de productos agrícolas en un 50% para mediados de este siglo. Por tanto, el diseño del escenario futuro para nuestra producción agraria se debe fundamentar en la digitalización y hacia una agricultura del carbono. 

 

Bibliografía:

Pedro J. Lopez-Bellido, Luis Lopez-Bellido, Purificacion Fernandez-Garcia, Veronica Muñoz-Romero & Francisco J. Lopez-Bellido (2016) Assessment of carbon sequestration and the carbon footprint in olive groves in Southern Spain, Carbon Management, 7:3-4, 161-170, DOI: 10.1080/17583004.2016.1213126 
COM/2019/640. Communication from the Commission to the European Parliament, the European Council, the Council, the European Economic and Social Committee and the Committee of the Regions- The European Green Deal. European Commission, Brussels, 11–12-2019. 
Reglamento (UE) 2021/2115 of the European Parliament and of the Council of 2 December 2021 establishing rules on support for strategic plans to be drawn up by Member States under the common agricultural policy (CAP Strategic Plans) and financed by the European Agricultural Guarantee Fund (EAGF) and by the European Agricultural Fund for Rural Development (EAFRD) and repealing Regulations (EU) No 1305/2013 and (EU) No 1307/2013. 
A blueprint for scaling voluntary carbon markets to meet the climate challenge
https://www.mckinsey.com/capabilities/sustainability/our-insights/a-blueprint-for-scaling-voluntary-carbon-markets-to-meet-the-climate-challenge?cid=eml-web 

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