¿De verdad necesitamos las nuevas variedades de olivo?
Desde sus inicios, el cultivo del olivar en seto aportó un ahorro sustancial en los costes de cosecha y la nula necesidad de mano de obra para la recolección
Allá por los años 90’s comenzó su andadura el sistema de olivar en seto, al principio fue recibido con grandes dudas y resistencia, pero poco a poco, por sí mismo fue demostrando las grandes ventajas que había venido a aportar: un ahorro sustancial en los costes de cosecha y la nula necesidad de mano de obra para la recolección. Además, se hizo con unas variedades “arbequina y arbosana” que demostraron ser constantes en producción y bastante adaptables a distintos edafoclimas.
Sin embargo, efectivamente el sistema trajo desde sus inicios una desventaja, proponía aportar al sector toneladas y toneladas de un único tipo de aceite, el que se ha extraído de las aproximadamente 400.000 ha. plantadas por todo el mundo. Como todos sabemos el perfil de aceite que produce una plantación depende de la variedad, las condiciones de suelo-clima y el manejo, pero en general se puede decir que las variedades arbequina y arbosana producen aceites suaves, ligeramente frutados, de bajo amargor/picor y poco estables, que antes del 5º mes han perdido gran parte de sus polifenoles y por tanto parte de su estabilidad.
Este punto fue desde el principio la parte negativa que nos trajo el modelo, ha ido quitando cuota en el mercado a variedades que dan aceites de altísimo valor como picual, hojiblanca, cornicabra o cobrançosa. Este fue el gran “Talón de Aquiles”, la gran baza con la que fue atacado el seto.
Pero como la humanidad ha demostrado durante milenios, tiene creatividad para dar y tomar, y de un problema, surge una solución, un cambio, y el dinamismo perdura por siempre, lo único seguro es que todo va a cambiar. Y fruto de ello a finales de la misma década de los 90 se iniciaron unos programas de mejora genética en variedades de olivo, tanto en la Universidad de Córdoba como en la Universidad de Bari (Puglia, Italia) que si inicialmente buscaban una mayor producción de AOVE por hectárea finalmente hemos entendido que la gran ventaja que van a aportar será conseguir aceites tipo picual, hojiblanca o cornicabra pero con el modelo mecanizado de recolección con máquinas cabalgantes.
Por cruzamientos naturales, aplicando con pinceles el polen de una variedad parental en flores de otro parental conocido, para después cerrar ese ramillete con bolsas que permitían el paso de luz y aire pero no de otros granos de polen, se consiguieron las primeras descendencias. Fueron miles de cruzamientos entre parentales con características perseguidas (picual, koroneiki, leccino, coratina, ayvalak, frantoio, arbequina, arbosana,…), de estos miles hoy día podemos decir que sólo 4-5 han venido para quedarse, pero serán decenas las que irán llegando en los próximos años.
Los cruces de arbequina x picual de la UCO (sikitita-1, sikitita-2 y Martina), los de arbosana x leccino o arbosana x koroneiki de la Univ. Bari (Lecciana y Coriana) y los del Programa de Todolivo de arbosana x koroneiki y arbosana x sikitita (I-15 e I-99 respect.) son algunos de los que hoy brillan más, pero detrás vendrán los de la Univ. De Florencia, los del programa de Balam, etc.
Cada una con sus atributos, que por cierto no es sencillo caracterizar, la misma variedad se comporta de modo distinto en diferentes condiciones de clima y suelo, o de manejo, incluso en la misma finca pero distintos años, y por tanto se precisan muchos años para sacar conclusiones contundentes de ellas, pero este tiempo ya ha corrido, desde inicios del nuevo siglo hemos estado haciendo pequeñas pruebas a lo largo del mediterráneo, California, Chile,…y ya sentimos confianza al hacer ciertas afirmaciones:
- Sikitita: madre arbequina y padre picual, vigor controlado, como arbequina o menos. Constante en producción destaca sobre todo en condiciones de secano dando un AOVE algo más estable que los de arbequina y arbosana, similar en cata a estos.
- Lecciana: variedad de madre arbosana y padre leccino, relativamente vigorosa, puede superar a arbequina. En condiciones de riego de apoyo, secano, ecológico, climas fríos o suelos frágiles da su mejor versión destacando frente a otras. Da un AOVE muy redondo, complejo olfato-gustativo y con polifenoles para asegurar buena estabilidad. Temprana recolección.
- Coriana: madre arbosana y padre koroneiki, bajo vigor, buena ramificación, se desarrolla muy bien en condiciones de regadío y buen manejo que pueda alimentar su gran capacidad de generar aceite dentro de sus frutos. Destacan el alto rendimiento graso que consigue relativamente temprano y su aceite amargo y picante ideal para “animar” aceites que han quedado planos.
- I-15: iguales parentales que la anterior (arbosana x koroneiki) pero distinto resultado, es una variedad muy frutera, muy productiva tanto en regadío como en secano, dando unas muy prometedoras producciones. Con un vigor y forma de vegetar que facilita las acciones de formación y poda. Temprana recolección
- Sikitita-2: igual que su hermana mayor, proviene del cruce arbequina x picual, similar vigor pero dando un aceite distinto, más estable (más polifenoles), y una recolección muy temprana incluso antes que lecciana y sikitita
Teniendo en cuenta la situación actual del sector del olivar y las tendencias futuras en base al clima y a los retos que presenta el sector, podemos concluir con la siguiente reflexión:
El seto en el mundo supone hoy día no más de un 6% de la superficie mundial de olivar, pero ya genera aproximadamente el 30% del AOVE.
Al ritmo que van las plantaciones en los últimos 10 años, no resulta una locura pensar que pronto llegará a suponer más del 50% del AOVE mundial, y por qué no el 70%? ¿De verdad pensamos que todo ese aceite será de una única tipología de aceites?, parece claro que necesitamos otras muchas variedades que sean aptas para las máquinas cabalgantes, pero que den múltiples perfiles de aceites para satisfacer a un mercado acostumbrado a las variedades frantoios, coratinas, picuales, hojiblancas, etc,
Esto no ha hecho más que empezar…
