El sector agroalimentario en el centro del radar de los fondos de inversión- Innoliva

El sector agroalimentario en el centro del radar de los fondos de inversión

Los fondos de inversión ven una gran oportunidad para invertir en la agricultura por muchas razones: nuevas tecnologías, nuevas formas de negocio, etc.

Jorge Pena, CEO de Innoliva nos explica en esta entrevista como ve la nueva agricultura y las posibilidades de inversión.

¿Quién es Jorge Pena?

Jorge Pena es licenciado en Administración y Dirección de Empresa por la Universidad Pontificia Comillas (ICADE). Con más de 20 años de experiencia, ha desarrollado su carrera profesional entre Suiza, España, Estados Unidos y Portugal, trabajando para empresas referentes en el mundo de consumo y de la estrategia como Procter & Gamble o The Boston Consulting Group. Llegó al mundo de la alimentación de la mano de Sovena, donde llegó a ser CEO de su negocio en los Estados Unidos. En 2019, se unió como CEO a Innoliva, uno de los proyectos agrícolas de referencia en la Península Ibérica y uno de los primeros participados por un fondo de inversión.

En 2019, Jorge Pena, se unió como CEO a Innoliva
En 2019, Jorge Pena, se unió como CEO a Innoliva

 ¿Qué es Innoliva?

Innoliva nació en el año 2006 con la visión de convertirse en la empresa de referencia en el cultivo de olivar moderno en una época donde el olivar en seto no era aún un modelo probado ni establecido en el sector. El objetivo era producir aceite virgen extra de máxima calidad a un coste competitivo gracias a las nuevas técnicas de plantación y a la mecanización. Hoy en día cuentan con casi 9.000 hectáreas y siguen invirtiendo y creciendo cada año. Con este mismo espíritu lanzaron su proyecto de almendro en 2021. Éste cuenta en la actualidad con más de 1.200 hectáreas y con unas expectativas de crecimiento muy importante para los próximos años, con el objetivo de convertirse en una referencia en la Península Ibérica.

¿Por qué el uso de la tecnología de cultivo como el seto en el olivar?

En un entorno donde el área cultivable es cada vez menor y donde la disponibilidad de agua es cada vez más escasa, el sector primario tiene la obligación moral de utilizar todas las herramientas que tenga a su alcance para producir más con menos, con el objetivo de alimentar a una población mundial que continúa creciendo de forma constante.

En este contexto, la plantación en seto nos permite maximizar la producción de aceite por hectárea plantada, así como minimizar la cantidad de agua utilizada por kilo de aceite producido y todo ello con un uso más eficiente y sostenible del resto de recursos necesarios para producir aceite. Adicionalmente, son muchos los estudios que demuestran la sostenibilidad del olivar en seto a nivel social, económico y ambiental, fijando la población rural, mejorando la biodiversidad y manteniendo la calidad de los suelos, entre otros aspectos, de las zonas donde se establece. Por eso, creo que la pregunta correcta sería si realmente existe alguna razón para no hacerlo siempre y cuando sea agronómicamente viable.

El cultivo del olivar en seto permite un uso más eficiente y sostenible de los recursos necesarios para producir aceite
El cultivo del olivar en seto permite un uso más eficiente y sostenible de los recursos necesarios para producir aceite

Huella de carbono, huella hídrica…, parece que son conceptos que han venido para quedarse y acentuar la relevancia que la agricultura tiene sobre la lucha contra el cambio climático. ¿El cultivo de especies leñosas en la Península Ibérica puede verse favorecido por este hecho o siguen siendo conceptos utópicos que están lejos de materializarse?

Estos conceptos son clave y deberían estar presente en el día a día de cualquier proyecto agrícola. En Innoliva nos los tomamos muy en serio. Tanto es así, que fuimos pioneros en querer conocer y medir nuestra huella de carbono, participando en 2015 en el programa de formación de la huella de carbono para el cultivo del olivar en seto. De dicho estudio pudimos concluir que, gracias a nuestros olivares y prácticas modernas, mejoramos la materia orgánica del suelo, producimos oxígeno y captamos carbono en una medida 3 veces superior a la huella de carbono que generamos en toda nuestra actividad agroindustrial.

Las directrices que marcan la nueva agricultura europea son una apuesta total por una agricultura verde, eficiente y sostenible. ¿Qué debemos hacer en un cultivo como el olivar o el almendro para ser consecuentes con esta política?

Como bien dice, las nuevas directrices están apostando muy fuerte por una agricultura verde, eficiente y sostenible. Pero no sólo son las administraciones, también los consumidores, que son los que realmente mandan, son cada vez más exigentes en estos aspectos y valoran cada vez más los productos obtenidos a través de prácticas y métodos sostenibles. En Innoliva estamos totalmente comprometidos con esta filosofía. Por ello, tenemos implantadas diferentes prácticas y políticas como son el uso responsable y eficiente del agua, la generación de fuentes de energía propias, la reutilización de los restos de poda como nutrientes, el uso reducido de fitofármacos, la implantación de prácticas de economía circular, el cálculo de rutas óptimas de transporte para reducir emisiones, etc. Y todo ello lo hacemos sin olvidarnos del desarrollo de nuestras comunidades locales, fomentando la sostenibilidad social a través de la creación de empleo y riqueza local.

¿Cuáles cree que son las principales razones que están impulsando la inversión en agricultura de capitales ajenos al sector agrario en la península ibérica?

La necesidad de alimentar a una creciente población mundial hace que, según estimaciones de la ONU, sea preciso aumentar la producción mundial de alimentos en un 70% de aquí a 2050. Esto genera unas grandes expectativas para el sector agroalimentario y los inversores son conscientes de este potencial. En la Península Ibérica, el sector agroalimentario ha sido el gran olvidado de los fondos de inversión durante muchos años a pesar de contar con un clima y unas condiciones idóneas para el desarrollo de numerosos cultivos. La dificultad para alcanzar una escala relevante, la variabilidad e impredecibilidad de los resultados o la falta de modernización y de profesionalización han supuesto barreras importantes a la entrada de estos inversores en nuestro sector.

Dicho esto, estas barreras se han ido superando y han dado pie a fondos con plazos de inversión a medio plazo a situar nuestro sector en el centro de su radar, estando estos ya muy presentes en el mundo del olivo, los cítricos, el almendro, el aguacate o la uva de mesa entre otros.

Las barreras se han ido superando y han dado pie a fondos con plazos de inversión a medio plazo a situar nuestro sector en el centro de su radar
Las barreras se han ido superando y han dado pie a fondos con plazos de inversión a medio plazo a situar nuestro sector en el centro de su radar

¿Y las principales limitaciones con las que pueden encontrase estas nuevas empresas a la hora de desarrollar sus proyectos?

Desde mi punto de vista, hay dos temas diferenciales que un inversor debe tener en cuenta a la hora de desarrollar un proyecto agrícola:

1. Una parte importante de los resultados no depende del buen trabajo ni de la buena gestión del proyecto.

Puedes hacerlo todo bien y tener muy malos resultados o no hacerlo tan bien y tener unos buenos resultados. En el mundo agrícola hay tres variables que determinan la rentabilidad de un proyecto y sobre las cuales se tiene un grado de control relativo:

a) Cuánto produzco: al ser un negocio al aire libre, siempre estará sujeto a las condiciones climáticas existentes. Se pueden minimizar los riesgos, pero nunca eliminarlos.

b) Cuánto me cuesta lo que produzco: puedo saber lo que me voy a gastar en absoluto, pero no sé lo que voy a producir, por lo que no sabré mi coste de producción unitario real hasta que sepa lo que he producido.

c) A cuánto vendo lo que produzco: en un sector donde es muy difícil la diferenciación, el precio lo marca la oferta y la demanda, y este es completamente independiente de tu coste de producción.

2. La rentabilidad debe ser evaluada como la media de varios años.

En el mundo agrícola la variabilidad de los resultados puede ser muy grande año a año, por lo que para evaluar la rentabilidad de un proyecto agrícola es imprescindible mirar la media de los resultados de varios años. Es por ello, que un inversor que entre en nuestro sector debe hacerlo con un horizonte temporal de medio largo plazo.

Innoliva está invirtiendo, además de en olivar, en frutos secos como el almendro, ¿se plantean la posibilidad de invertir en otros cultivos que también viven su particular revolución como el avellano o el pistacho?

En estos momentos estamos 100% enfocados en continuar creciendo nuestro proyecto de olivar y de almendro. De olivar tenemos ya un proyecto importante y consolidado. En almendro nuestro
proyecto es aún joven, pero con una gran ambición y con un gran potencial. Tenemos todos los ingredientes necesarios para desarrollar un proyecto que se convierta en referente del sector, pero
aún queda mucho por hacer. En un futuro no podemos descartar nada, pero en estos momentos si puedo confirmar que estamos 100% enfocados en olivar y almendro.

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